Evita contratiempos y conduce con seguridad en tus próximas vacaciones
1. Revisa el estado de los neumáticos
- Verifica profundidad de dibujo (mínimo 3 mm).
- Asegúrate de que la presión coincida con la placa del marco de la puerta.
- Examina paredes laterales en busca de cortes o abultamientos.
2. Inspecciona niveles de fluidos
Aceite, refrigerante, limpiaparabrisas, líquido de frenos y dirección deben estar en rangos óptimos. Un motor bien lubricado y un sistema de enfriamiento eficiente reducen el riesgo de averías en trayectos largos.
3. Comprueba frenos y suspensión
Escucha chirridos o vibraciones al frenar. Pastillas gastadas o discos deformados pueden aumentar la distancia de frenado. Un amortiguador en mal estado reduce la estabilidad a alta velocidad.
4. Testea luces y sistemas eléctricos
Faros, direccionales, luces de freno y de niebla deben funcionar al 100 %. Lleva focos de repuesto y fusibles; un fallo eléctrico en carretera es peligroso y costoso de solucionar lejos de casa.
5. Asegura tu equipo de emergencia
Incluye triángulos reflectantes, extintor vigente, llave de cruz, gato hidráulico, cables pasa corriente, linterna y botiquín. Verifica fechas de caducidad y condiciones de cada elemento.
6. Planifica la ruta y carga tu GPS
Actualiza mapas, descarga tramos sin conexión y revisa puntos de descanso, estaciones de servicio y zonas de peaje. Así evitas desvíos innecesarios y ahorras combustible.
7. Programa mantenimiento preventivo
Si tu próximo servicio está cercano, adelántalo. Cambiar filtros y bujías antes de un viaje largo optimiza el rendimiento y minimiza el riesgo de fallas mecánicas imprevistas.
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