1. ¿Cómo afecta el calor a tu vehículo?
Las altas temperaturas aceleran la evaporación de líquidos, reducen la vida útil de la batería y pueden provocar sobrecalentamiento del motor. Comprender estos riesgos es el primer paso para prevenir fallas costosas.
2. Revisa y reemplaza el líquido refrigerante
El refrigerante mantiene la temperatura ideal del motor. Verifica el nivel y la proporción anticongelante-agua antes de cada temporada de calor. Un refrigerante en buen estado evita que el motor llegue a temperaturas críticas.
3. Sistema de aire acondicionado a punto
Un aire acondicionado sin gas suficiente o con el filtro de cabina sucio trabaja más y consume más combustible. Haz un servicio preventivo para detectar fugas, limpiar conductos y cambiar el filtro cuando sea necesario.
4. Mantén la presión correcta de las llantas
El calor incrementa la presión interna; checa tus neumáticos cuando estén fríos y ajusta según indica el fabricante. Unas llantas bien infladas brindan mejor agarre y un consumo de gasolina más eficiente.
5. Cuida la batería bajo temperaturas elevadas
El calor acelera la corrosión interna de la batería. Revisa terminales, niveles de electrolito (en baterías convencionales) y considera un recambio si tu batería tiene más de tres años.
6. Filtros y aceite: limpieza vital
Filtros de aire y aceite limpios permiten que el motor “respire” con facilidad y mantenga la viscosidad adecuada, evitando fricción excesiva y sobrecalentamiento.
7. Hidratación también para el conductor
Conducir en clima extremo puede causar fatiga rápida. Mantén agua fresca en el auto y programa paradas estratégicas para descansar y rehidratarte.
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